La división territorial y lingüística de España

Von Andrea Pagani

 

En España se sabe que el tema de las lenguas es un tema espinoso. De las 17 Comunidades Autónomas que tiene Es- paña, 6 cuentan con una

lengua cooficial. Según los datos de El País, de las 46 millones de personas que viven en España, unas 19 millones hacen uso de alguna de estas lenguas oficiales. Más de 7 millones se encuentran en Cataluña.

 

Igual que les ocurre a las personas, los idiomas se han visto obligados a convivir, incluso en épocas de la historia española en la que los conflictos lingüísticos se han visto agravados por la realidad político social.

 

Para evitar la pérdida de las lenguas cooficiales y tras la represión lingüística que tuvo lugar durante el franquismo, la Constitución del 78 recoge en el último apartado de su artí- culo 3: “La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección”.

 

Desde la proclamación unilateral de la independencia de Cataluña, los políticos españoles no dejan de hacer referencia a la Constitución y de abogar por la unidad de España. Todo aquello que pueda o pudiera atentar contra la unidad de España será considerado “anticonstitucional” por un amplio espectro político.

 

En pleno apogeo del tema independentista en la Península, los balcones se plagaban de banderas españolas con las que los ciudadanos demostraban su amor a la patria. Otros, sacaban la estelada, la bandera de los independentistas catalanes. El tema catalán no es sólo el mayor reto político de la realidad española, sino que además ha reabierto viejas heridas, como es tema del español y su relación con las lenguas cooficiales.

 

¿Tiene España un problema con las lenguas cooficiales?

 

Uno de los temas más vigentes en la actualidad española es el requisito de hablar la lengua cooficial (como puede ser el valenciano, catalán o gallego) para poder acceder a puestos dentro de la Administración Pública de las distintas comuni- dades. Asimismo, y con el objetivo de salvaguardar las lenguas cooficiales, la enseñanza tiene también como lengua vehicular el idioma cooficial de su respectiva Comunidad Autónoma. El líder del Partido Popular (partido conservador), Pablo Casa- do, exigía a principios de año reinstaurar el castellano como lengua vehicular y considerar la lengua cooficial como mérito – y no como requisito- a la hora de acceder a un puesto de funcionario. Del mismo modo, afirma que la lengua vehicular en las escuelas debe ser el español y que las señales de tráfico, paneles, y otros puntos de información similares estén escritos “al menos en castellano”.

 

Las palabras del líder del partido conservador dan a entender una situación de no entendimiento entre Madrid y las Comunidades Autónomas, que cuentan con una cultura diferente, además de con otro idioma inaccesible para la gran mayoría de los monolingües en España.

 

Otro ejemplo de esta situación de incompatibilidad entre la política y sus regiones bilingües lo vemos en el Parlamento Catalán. Tras los resultados de las elecciones generales en España, Twitter se llenaba de comentarios jocosos a raíz de la entrada de la única diputada del Partido Popular, Cayetana Álvarez de Toledo, al parlamento catalán. Como diputada no bilingüe, los tuiteros se mofaban de ella afirmando que con- seguiría entender el contenido de los plenos, ya que estos se desarrollan en catalán.

 

El Partido Popular no es el único que está a favor de la restauración del castellano como principal lengua vehicular. Ciudadanos, partido liberal análogo al partido La République en marche de Macron, con el que además mantiene una “est- recha” relación, apoya el proyecto de Casado.

 

Por su parte, las Comunidades Autónomas no se achican. Según la agencia de noticias Europa Press, el Gobierno Vasco presentó en 2018 unos presupuestos incluían unos 260 millones destinados a Cultura y Política Lingüística. En Cataluña, la voluntad de preservar la lengua y cultura catalana no ha dejado de ser uno de los motivos de confrontación con Madrid.

 

A su vez, incluso entre militantes del mismo partido pueden darse discrepancias. Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular en Galicia y bastante presente en la política nacional, afirmaba en un artículo para El País que “en Galicia la lengua no supone ningún problema” y recibía con cierto desencanto la propuesta de Casado de homogeneizar lingüísticamente el país.

 

Represión durante el franquismo (1939-1975)

 

Como hemos nombrado con anterioridad, este conflicto ha reabierto viejas heridas. Entre ellas, las causadas por la repre- sión lingüística durante el franquismo.

A pesar de que los aliados del General Francisco Franco no se dividían por regiones, el idioma vehicular contribuyó a la profunda división de la población española tras la Guerra Civil (1936-1939).

 

No solo eso: el mismo Generalísimo decretó la persecución de las lenguas propias de las distintas regiones, dejando claro con un sencillo juego de palabras que en España sólo se hablaba español. Esta represión trajo dolor y violencia a las Comuni- dades Autónomas con lengua propia y las secuelas de dicha represión son todavía perceptibles en la población bilingües, que expresan su rechazo a cualquier tipo de discriminación y/o represión de su lengua.

 

De derecha a izquierda: Pablo Casado, líder del Partido Popular, al lado de Cayetana Álvarez de Toledo
De derecha a izquierda: Pablo Casado, líder del Partido Popular, al lado de Cayetana Álvarez de Toledo

¿Son las lenguas cooficiales lenguas de segunda? Una aproximación del gallego, catalán y vasco

 

La rivalidad entre el castellano y las lenguas cooficiales está más latente que nunca. Como hemos nombrado con anterioridad, desde el Gobierno de España se hace todo lo posible para ‘recuperar’ la vieja gloria del castellano en el continente. Por su parte, los hablantes de las lenguas cooficiales están orgullosos de su lengua y la usan cotidianamente. Para comprender mejor esta realidad lingüística, aportaremos algunos datos sobre la historia y las características de las lenguas cooficiales en España. Al noroeste de la Península Ibérica se habla galego. El gallego cuenta con unos 3 millones de hablantes, en contraste con los 200 millones de hablantes con los que cuenta el portugués en todo el mundo.

 

Sin embargo, no puedo más que remitirme a las palabras del lingüística y periodista holandés Gaston Dorren y afirmar que el gallego es la humilde - y desconocida- madre del portugués.

 

La separación de Portugal y España por la independecia de Portugal en 1668, no fue solo político-territorial, sino que, el gallego pasó a llamarse portugués en territorio luso, separándose así definitivamente del idioma gallego. En lo que al idioma se refiere, entre portugueses y gallegos no debería haber grandes barreras idiomáticas. El lingüista holandés afirma incluso que, si Galicia se encontra en Portugal, el gallego no se llamaría gallego, sino simplemente portugués.

 

En el País Vasco no se habla del presidente del Gobier- no Vasco, sino que se habla del Lendakari (Lehendakari en euskera). En el País Vasco no se dice adiós, se dice agur. Los vascos tampoco son vascos, son euskaldunes. Incluso la palabra española izquierda tiene su origen en Euskadi, nombre con el que los vascos denominan a su tierra. Además, cabe destacar que la extensión del País Vasco llena hasta una parte de Francia, por lo que hay que distinguir entre el País Vasco francés y el español. Hasta ahora se ha estudiado el vasco como una lengua aislada, es decir, un idioma para el que no ha probado ningún parentesco con otra lengua viva o muerta.

 

Por último, cabe destacar que el euskera no ha sido siempre una lengua homogénea, sino que estaba conformado por múl- tiples dialectos de difícil comprensión entre sí. La unificación del vasco tendría lugar en 1968 de la mano de Euskaltzaindia, la Real Academia de la Lengua Vasca.

 

La posición del catalán como lengua consagrada es indudable. No se habla sólo en España, sino que su dominio en la actualidad se extiende hasta Francia, Andorra e Italia, donde existen algunos focos catalanoparlantes. Además, el valenciano y el balear pueden considerarse como “dialectos” del catalán. Hoy en día el catalán es lengua oficial en Andorra y en Cataluña.Como queda refle- jado en la página web de la Generalitat de Cataluña, durante los siglos XII y XIII el catalán se extendió a la mayor parte del País Valenciano, a las Islas Baleares, a la Franja (Aragón), a la ciudad sarda de Alguer y a la comarca murciana del Carche, además de por su puesto en Cataluña.

 

Otro dato curioso es la aprobación en 2010 del aranés (u occitano) como tercera lengua oficial en Cataluña. Según las palabras del síndico Francesc Boya para el diario El País: la lengua [el aranés] se encuentra en la „unidad de vigilancia intensiva“. Además, afirma que „no hay ninguna lengua que tenga posibilidades de sobrevivir si no hay detrás un poder político que la defienda“.

 

Lengua e identidad

El debate sobre lengua e identidad tiene todavía un largo camino ante sí. Lejos de llegar a un punto de entendimiento entre España y sus Comunidades Autónomas bilingües, parece que el ambiente está más cargado que nunca. A nivel político, se escogen de forma selectiva los artículos de la Constitución antes de hacer una aparición ante las masas. Del artículo 3, aún no hemos oído gran cosa.

 

Asimismo, existe otro conflicto entre los hispanohablan- tes y los bilingües: los primeros ven innecesaria la constante presencia de un segundo idioma, los segundos lucharán por la preservación y fomento de su lengua y su cultura, sobre todo tras la represión franquista. Es decir, el ‘no entendimiento’ no se da solo en el ámbito político, sino que entre los monolingües y los bilingües también existe una clara tensión. Los monolingües no están dispuestos a aceptar la diversidad – de ahí las banderas en los balcones- y reclaman con fuerza la defensa de ‘lo español’.

 

Los bilingües no se quedan atrás, sobre todo en las regiones de Cataluña y el País Vasco, donde la lengua se mezcla con un independentismo como rechazo a la cultura española hegemónica. La situación que se vive en España es de división, tanto cultural como lingüística. 

Andrea Pagani kommt aus Spanien und wohnt seit mehr als 2 Jahren in Deutschland. Sie hat einen Master in Multimedia Journalismus und beschäftigt sich insbe- sondere mit deutscher und spanischer Kultur und deren Beziehung. Momentan arbeitet sie als Bildungsberaterin an einer Sprachschule in Leipzig.